
El Arte de Invertir: 5 Reglas básicas
Una cultura de inversión sólida habla mucho del desarrollo económico de un país. En México, desafortunadamente, no tenemos bien desarrollado este tema. Ya sea porque no se imparten las políticas necesarias para incentivar el desarrollo de esta o por la incertidumbre que genera tener capital propio en riesgo. Sin embargo, Invertir no es una actividad reservada a los grandes tiburones de Wall Street. Desde casa podemos empezar a generar una cultura de inversión que paso a paso nos vaya trayendo resultados positivos. No es necesario arriesgar la casa y el coche en un mal movimiento de la bolsa. Por esto, te dejamos 5 reglas básicas para aprender a invertir:
1. Saber con qué tipo de ingreso se va a trabajar
Ingresos Ordinarios
Los ingresos ordinarios son los que se ganan día a día en un trabajo. Se cambia tiempo por dinero, por lo tanto es el tipo de ingreso en el que se arriesga más. Se gana dependiendo de cuánto tiempo trabajes. Es también el tipo de ingreso al que se le cobra más impuestos.
Ingresos Pasivos
Los ingresos pasivos es capital que se recibe de manera regular sin que el beneficiario tenga que hacer esfuerzo para mantenerlo. Renta de bienes raíces, regalías y rentas de URLs de páginas web son ejemplos de ingresos pasivos. Estos son ideales para ser puestos a trabajar gracias a que es capital que teóricamente no tiene caducidad y que puede ser recuperado en caso de un mal movimiento. También es el ingreso al que se le cobra menos impuestos.
Ingresos de Portafolio
Por último, los ingresos de portafolio, que generalmente deriva de bonos, acciones en la bolsa y fondos de inversiones. Para un inversionista principiante, empezar un portafolio puede llegar a ser difícil. La mayoría de los instrumentos financieros requieren de grandes inversiones iniciales para que den un rendimiento notable.
2. Convertir ingresos ordinarios en pasivos
Este es un paso inicial en la carrera de todo gran inversionista. Convertir lo que ganas como empleado en capital que trabaje por ti para después ser desviado en otras inversiones. Por eso es esencial estar siempre a la búsqueda de oportunidades de diversificación de ingresos.
3. El Inversionista es el Riesgo
Muchos piensan que las inversiones son el riesgo. La realidad es que lo verdaderamente riesgoso es un inversionista sin preparación. La mayoría de las pérdidas son por falta de una investigación a fondo del instrumento o activo en el que se quiere invertir. La mejor forma de dejar de ser un riesgo es con preparación y experiencia: Invierte en cursos para aprender a invertir, empieza invirtiendo con pequeñas cantidades y aprende de tus fallos. Al ganar más experiencia podrás hacer inversiones más grandes que sean menos riesgosas.
4. Prepárate para Todo
Un buen inversionista no predice qué pasará o cuando pasará, un buen inversionista se prepara para todo. Si no se prepara con educación, experiencia o dinero extra, las buenas oportunidades se te irán de las manos. El inversionista exitoso se prepara para saber donde y cuanto invertir, se prepara para cualquier resultado desfavorable o propicio y se prepara para tener un plan B.
5. Mantén tus emociones bajo control
A pesar de ser inteligentes, los humanos tendemos a tomar decisiones de manera visceral, basándonos en emociones. En el mundo de las inversiones, las emociones pueden llegar a ser nuestra perdición. Un buen inversionista debe de tomar decisiones con la cabeza fría y basándose en hechos y pronósticos, no en corazonadas. Otro error que los inversionistas pueden llegar a cometer es asumir que el futuro se va a comportar de la misma forma que en el pasado; pensar que se puede invertir de la misma manera solo porque se tuvo éxito en el pasado.