Cómo crear una cartera de inversión eficiente

Para lograr una cartera de inversión eficiente debemos cerciorarnos de que comprendemos a fondo tanto el término, así como su funcionamiento. En principio, una cartera de inversión es una combinación de activos financieros (activos que no tienen un valor físico o tangible, sino que obtienen un valor contractual, como bolsa, fondos de inversión, etc.) en los que tenemos depositado recursos monetarios con el objetivo de lograr una plusvalía. La pregunta importante es ¿De qué modo podemos lograr que nuestras inversiones sean seguras? ¿Cómo saber si cierta inversión nos genera confianza? ¿Cómo podemos asegurarnos de que una inversión nos entregará resultados exitosos?

En todas las inversiones que hacemos en nuestra vida hay riesgos y es necesario hacernos a la idea antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, el riesgo no es un factor que cambiará nuestra decisión de invertir o no invertir, pues como en todo, hay riesgos que valen la pena y hay algunos otros que simplemente no tiene ningún sentido apostarles. Por ello, existen, de algún modo, riesgos eficientes y riesgos ineficientes. Para crear una cartera de inversión eficaz, hemos de evaluar ciertos elementos enlistados en seguida.

1. Definir el perfil de cliente
antes de plantearse por qué y para qué invertir sus ahorros es el riesgo que está dispuesto a asumir. A ello se le conoce como perfil de inversor y es, de hecho, el punto de partida para crear una cartera de inversión. Generalmente, existen tres perfiles de inversor: conservador, moderado o medio y agresivo. Como los propios términos indican el nivel de tolerancia al riesgo va de menor a mayor.

Este perfil es realmente un claro reflejo de la personalidad del inversor y, en diversas ocasiones es el mercado mismo o los resultados de las inversiones pasadas aquellas que terminarán por definir el estilo de cada uno. Si no sabes qué tipo de inversor eres, puedes acudir a un experto para resolver esta duda y empezar a definir tu cartera de inversión.

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2. Establecer objetivos claros
Es prioritario, después de definir el perfil del cliente, decidir cuales son nuestras motivaciones al momento de invertir, es decir ¿Qué esperamos obtener al momento de invertir y cuál es el riesgo que estamos dispuestos a correr? La respuestas siempre serán las siguientes: “sacar el máximo partido a ahorros” o “obtener ganancias extras”. Sin embargo hay que ser más específicos, principalmente en el primer caso.

Por ello, fijar una rentabilidad concreta y proyectarla por un por porcentaje de rentabilidad respecto al patrimonio invertido, es una de las tareas básicas. Solicítale a tu asesor financiero que realice estos cálculos para que tengas un mejor acercamiento a la realidad. Ten en cuenta que las inversiones con alta rentabilidad a corto plazo son más riesgosas, mientras que las inversiones a largo plazo son más seguras.

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3. Equilibrar el riesgo
La clave de cualquier cartera de inversión sólida es encontrar un equilibrio entre todas nuestras inversiones para diversificar nuestros activos y nulificar los posibles riesgos. Diversificar la inversión es la mejor fórmula para lograrlo. Del mismo modo que en bolsa no es recomendable tener acciones sólo de una empresa o de un sector en concreto, tampoco hay que tener todo el patrimonio de inversión a un sólo sector o familia de productos.

En este sentido, como activos de renta variable y de renta fija, existen diversas posibilidades de inversión que son, incluso, compatibles unos con otros, en términos de riesgo como en términos de plazo de la inversión, éstos incluyen: fondos de inversión, ETFs, bonos, divisa, depósitos a plazo, bienes raíces, patrimonio inmobiliario, entre muchos otros. No es ni necesario ni forzoso invertir en todos, pero sí encontrar varios tipos diferentes con el fin de equilibrar nuestro riesgo.

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4. Determinar la fiscalidad y las comisiones de cada una
Es preciso tener en cuenta la fiscalidad que le corresponde a cada producto y las comisiones que las diferentes entidades aplicarán sobre cada uno. La razón fundamental es que una cartera de inversión no es estática, sino que debe de actualizarse constantemente para que tenga fluidez y genere ganancias. Es primordial, por ello, saber elegir un intermediario financiero capacitado y experto. En lo que respecta a las comisiones, la última reforma del IRPF ha servido para equiparar todos los productos del ahorro, que ahora mismo tributan al 18%. Por ello, debemos estudiarlas con el fin de confeccionar y gestionar nuestra cartera de inversión.

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5. Cuidar las acciones invertidas en Bolsa
Como es de conocimiento común, la inversión en bolsa es la más rentable a largo plazo, pero también la más peligrosa de todas. En ese sentido, debes de tomar en cuenta que el porcentaje dedicado exclusivamente a las inversiones en la bolsa en forma de compra y venta directa de acciones, jamás debe de ser excesivo. Por ello, los expertos recomiendan que sea el 5% del total de la inversión,en el mejor de los casos, para los perfiles moderados.

Ahora ya conoces las claves para tener una cartera de inversión eficiente. No dudes en consultar un experto.

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